¿QUÉ SON LAS VIBRACIONES?
Hemos visto en los artículos anteriores (Véase la Realización del Ser) que la meditación de Sahaja Yoga nos permite percibir concretamente el estado interior de nuestros centros energéticos, (chakras), en nuestras manos. Es como si nuestras manos “nos hablaran” y nos dijeran de manera objetiva que es lo que pasa dentro de nosotros.
Hemos visto en los artículos anteriores (Véase la Realización del Ser) que la meditación de Sahaja Yoga nos permite percibir concretamente el estado interior de nuestros centros energéticos, (chakras), en nuestras manos. Es como si nuestras manos “nos hablaran” y nos dijeran de manera objetiva que es lo que pasa dentro de nosotros.
Lo que pasa prácticamente es que la
energía Kundalini sube desde el hueso sacro a través de nuestros canales
energéticos que físicamente corresponden a nuestro sistema nervioso
autónomo o sea el instrumento físico que
nos permite tener conocimiento interior de nosotros mismos. Las terminaciones
del sistema nervioso autónomo llegan hasta nuestras manos y también en otras partes
del cuerpo (véase mapa de los chakras) y es por este motivo que podemos
percibir esta energía Kundalini en las manos. Hemos dado un nombre a esta
energía que se percibe: vibraciones.
Las vibraciones se manifiestan como
una suave briza fresca. Podemos percibir esta briza fresca que aflora por las
manos o por el tope de la cabeza. O también podemos percibirla dentro de
nosotros en correspondencia de los chakras o de los canales energéticos; esta
percepción viene acompañada por un estado de relax y de bienestar generalizado,
que facilita nuestra meditación.
En efecto ¿qué son las vibraciones?
A nivel físico podemos considerarlas
como energía electromagnética, que sin embargo tiene una frecuencia mucho más
alta de las que se conocen. Aun así, es posible que estas ondas
electromagnéticas puedan ser “capturadas” en una foto, exactamente como las
ondas luminosas (la luz y los relativos
efectos cromáticos) en particulares situaciones de intensidad elevada. Se han
hecho también experimentos y se han realizado máquinas para retratar la energía
emitida por cada chakra o por el ambiente circunstante.
Foto Capri 1989 antes y después y
Festival de Rusia 2008
Nota: en las fotos se muestran dos
casos particulares, cuando fue posible sacar foto de las vibraciones.
Naturalmente el lector podría pensar que se trate de fotos modificadas, será su
experiencia personal a probar que este fenómeno es verídico.
Otro testimonio nos llega de un grupo
de médicos que lo describen en el artículo: “Variaciones de la temperatura
cutánea asociadas al silencio mental” (véase el artículo haciendo un clik
aquí). Se trata de un estudio realizado recientemente que demuestra cómo, a
través de la meditación de Sahaja Yoga se observa una baja de temperatura
cutánea en correspondencia de las palmas de las manos, a diferencia de otro
tipo de relajamiento y de meditación que no tienen algún efecto o más bien
pueden causar un aumento de la temperatura. Esto corresponde a cuanto se ha
afirmado antes, o sea que las vibraciones se presentan como una briza fresca,
un fenómeno que se actúa independientemente de las naturales vibraciones del
calor corpóreo.
Aun así, teniendo siempre más pruebas
científicas de la existencia de las
vibraciones, de la Kundalini, resulta en todo caso difícil llegar a
comprender a nivel racional cómo esta energía pueda curar nuestros chakras.
Podemos decir que estas vibraciones son una forma evolucionada de las energías
electromagnéticas comúnmente conocidas. En lengua sánscrita se llaman Chaitanya
.
Estas vibraciones son omnipresentes o sea se encuentran donde
sea y regulan el funcionamiento de todo el universo, desde la más pequeña
partícula, hasta las inmensas galaxias; permiten que todo funcione tan
perfectamente, que nuestra imaginación no llegaría a pensar una computadora
capaz de realizar un trabajo tan complejo. Son ellas que permiten a los
electrones de girar alrededor del núcleo, sin hacerlo colapsar, son ellas la
fuerza vital que permite a una semilla de germinar, son ellas que regulan todo,
de manera tan sutil y discreta que nosotros ni nos damos cuenta.
Y entonces, ¿por qué si estas
vibraciones son tan eficientes, nuestros chakras no vienen curados
automáticamente por ellas? La razón está en el hecho que existe el “libre
albedrío”, o sea que nosotros tenemos la libertad de desviarnos de lo que nos
permite de estar bien. Desviándonos del estado de equilibrio, nuestros chakras
pierden energía y pierden la capacidad de expresarse en la mejor forma.
Sin embargo, como ya se ha dicho,
nosotros tenemos también la posibilidad de conducir de nuevo los chakras a su
equilibrio, permitiendo a la Kundalini de actuar. No solamente esto. Cuando la
Kundalini viene despertada y sube hasta el último chakra, a ese nivel se crea
la unión (yoga quiere decir exactamente unión) con toda esta energía Chaitanya
omnipresente (llamada Param Chaitanya) y esta conexión naturalmente nos permite
recibir desde una fuente infinita de energía de calidad superior.
En nuestra vida normal, antes de
iniciar este camino, nosotros nos sustentamos gracias a la energía de tipo
material (animal) que sacamos de la comida. Es una energía que se agota, que
tiene sus límites y que no tiene ningún efecto evolutivo, pero que nos permite
de vivir. Mientras, cuando nos conectamos - a través del yoga - con la fuente
de energía universal, el Param Chaitanya, la energía que nutre nuestro sistema
energético, no solamente nunca se agota, más bien nos ayuda a lograr un
bienestar global hasta llegar a un estado de beatitud absoluta, y todo esto sin
movernos de nuestra casa. ¡Que bueno! ¿No te parece?
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